jueves, 13 de junio de 2013

_la acrópolis urbana






Alison y Peter Smithson obsequian con “The Economist”, envuelto en papel de regalo de motivo financiero, un resquicio de ciudad a sus propios habitantes. Y es que, quizás, únicamente puedan ser ellos los arquitectos capaces de otorgar como espacio público parte de la parcela de una sede bancaria en el centro financiero y en una de las calles más concurridas de la capital inglesa. 



El espacio es ajeno y extraño. Un lugar que no existiría si la decisión de los arquitectos no hubiera sido la de fragmentar la esquina en chaflán del emplazamiento en tres edificios originando un vacío antes inexistente. La distancia entre la edificación, su altura y su lenguaje, son en realidad la construcción del hueco entre ellos; su recipiente. Para los arquitectos, el medio urbano constituye el paisaje; el vacío, su recorrido. 

Se construye una plataforma como tabula rasa del bullicio cotidiano y su aproximación por escaleras perimetrales prepara la experiencia sensorial tan estudiada que se vivirá dentro. La llegada es recorrida como si de un templo se tratase: la ascensión a la plataforma, el encuentro frontal con la mayor construcción, la experiencia de la nada en el hueco y la llegada al santuario. 

Un edificio funciona como propileo, otro se muestra completo y el último se esconde, siendo cada uno de ellos pariente del anterior. En el interior el espectador no repara en encontrarse bajo una construcción de cincuenta y tres alturas, sin saber muy bien cómo, y el espacio respira y funciona con sorprendente naturalidad. El sol penetra en su interior, gracias a la altura del primer edificio y tras él, el fondo teatral del ajetreo diario en Ryder y St James Street continúa ajeno al interior silencioso de la plataforma; el mundo interior de la plaza es otro diferente.


La acrópolis que los Smithson realizan en “The Economist” es un manifiesto del edificio como parte de la ciudad y propiedad de sus habitantes; un vacío cargado de intención social, un regalo para los transeúntes. Y sí, también para usted.



A raíz de leer:

"La influencia de los santuarios griegos en el complejo “The Economist” de Alison y Peter Smithson" David Jiménez Sanchez

martes, 21 de mayo de 2013

_miguel fisac_huesos varios



"Deducir la forma a través de la función." 


No andaba muy alejado de la frase planteada por Walter Gropius el arquitecto Miguel Fisac en los años 60 cuando estudia una manera nueva de comprender la construcción de la obra arquitectónica. Si bien se podría haber ahorrado el esfuerzo de diseñar y calcular su propio sistema constructivo utilizando la materialidad cotidiana, Fisac da un paso más e inventa, de manera autodidacta, su juego propio. Una traslación de la técnica del hormigón pretensado de la ingeniería a la arquitectura canalizada por la invención de sus propios soportes; elementos que formalizan per se, una nueva variable con la que idear y jugar en el proceso proyectual.


El diseño de cada pieza es único e intransferible. Cada obra, como cada ser vivo, contiene su propio sistema estructural que adopta la forma apropiada para su uso; Fisac diseña así, los huesos del edificio.




La verdadera cualidad artesanal de arquitecto como tal la refleja Miguel Fisac en la invención de las piezas. Es en la búsqueda del "qué" donde encontramos el "cómo", una búsqueda que aspira mucho más allá de la propia cuestión funcional. Se vislumbra el desafío de proyectar una piel total del edificio, un único elemento constructivo que formalice de manera compacta el conjunto de elementos necesarios para realizar tal protección.



Generalmente, los elementos proyectados más literales son las vigas que simulan columnas vertebrales reales. Son la prolongación de estas al exterior y su peculiar forma las que dotan de singularidad y sinceridad las obras de Fisac. El elemento sustentante no quiere estar olvidado, es de hecho, el proyecto en sí.


 El proceso proyectual no se estanca en la resolución de un problema en cuestión sino también en su formalización total; una búsqueda del diseño del todo, la percepción de un espacio ya de por sí único. Fisac, al igual que L.Kahn, proyecta esa búsqueda. 

jueves, 18 de abril de 2013

_norman foster_01/02_early years_team 4








The Team 4



Los años 60 del pasado siglo suponen en la historia contemporánea un clímax en la creación y la creatividad artística, algo directamente relacionado con el auge de la economía en Europa y los E.E.U.U. Desde hace diez décadas la arquitectura se muestra en su mas fructífera situación, los años de oro a medio camino entre la segunda y la tercera modernidad. Es con toda certeza James Stirling el arquitecto que da el primer paso a una aproximación hacia la tecnología, no únicamente como camino constructivo sino como medio de expresión per se que más tarde se catalogaría y denominaría, arquitectura "High Tech".

En 1963 y recién llegado bajo la tutela de Paul Rupolph en Yale, Norman Foster, forma junto a Richard Rogers y Wendy y Georgie Cheeseman, el efímero equipo de arquitectura "Team 4". El poco reconocimiento que ha tenido el Team 4 en la historia de la arquitectura contemporánea contrasta con la calidad de los proyectos producidos entre 1963 y hasta su separación en 1967.


  • The Cockpit,1964


La diminuta actuación resuelve un lugar de reposo tras la caza o pesca a modo de refugio semi-enterrado, pareciéndose más a la cabina de un avión de guerra que a una cabaña. Se trata, quizás, de la primera referencia al momento de la tecnología en la obra del Team 4.






  • Creek Vean House,1964-66


Ubicada en una gran pendiente a la orilla del río, la casa Creek Vean se sitúa en la cumbre del desnivel para mirar directamente al entorno más próximo. Recuerda a una mutación formal del ayuntamiento en Säynatsälo de Alvar Aalto, en el que la aproximación al edificio se produce por una gran escalinata que divide en dos el edificio. Una de las partes funciona como museo expositor y biblioteca, la otra de vivienda. El conjunto, realizado en bloque de hormigón, brilla por el contraste entre su sencillez constructiva y la calidad espacial que propone.

  • Murray Mews Houses, 1965


A diferencia de las de su entorno, las viviendas entre medianeras y en hilera Murray Mews, proponen una concepción del espacio fluido que relaciona el patio, el salón, la cocina y el altillo, únicamente compartimentando el espacio con vidrio, seminiveles y niveles completos. En un nivel intermedio, una "u" recoge los baños, funcionando como elemento clave en la vivienda: por una parte recoge el espacio más privado, por su situación genera diferentes alturas en un mismo espacio. La imagen exterior del edificio, sin embargo, no destaca entre sus vecinos.




  • Skybreak House,1965-66


La vivienda, situada en una ligera pendiente que se quiere fomentar para la disposición de seminiveles, muestra tres marcadas bandas delimitan en uso de la vivienda: la primera recogería las estancias principales como comedor, sala de estar y comedor; la segunda funcionaría únicamente como circulación; la tercera esconde las habitaciones y las zonas húmedas. Es interesante observar cómo la arquitectura se moldea al lugar, llegando a situarse lucernarios a modo de bandas que iluminan la gran longitud de la vivienda.





  • Reliance Controls Electronics Factory,1965-66

Intensamente influenciado por la escuela Hunstanton de los Smithson, el edificio se presenta como un pabellón en el que los términos "delante y detrás" se disuelven. Un democrático espacio interior recogido por la marcada estructura define un espacio único, en el que solamente la cocina, los baños y las pequeñas habitaciones son permanentes, permitiendo una total flexibilidad en el uso de la planta. La construcción prefabricada, además de abaratar el coste, permite aumentar, reparar y construir cualquier espacio en un corto periodo de tiempo. En el edificio, la estructura lo es todo, el espacio es el vacío entre la estructura metálica.










lunes, 25 de febrero de 2013